sábado, 16 de febrero de 2013

STOP DESAHUCIOS- 16F en Donostia



























"SÍ SE PUEDE"

Suena "A las barricadas" en el kiosko del Boulevard donostiarra. La gente se reúne, se saluda, sonrisas, camaredería, solidaridad. Preparan las pancartas, los medios las fotografían: "Señalamos a los culpables en Euskal Herrria: Kutxabank". "Stop genocidio financiero". Y la principal, la que encabezará la marcha: "Por una vivienda digna". Con la web de Stop Desahucios y su correo: stopdesahucios@plazan.net.
Viene cada vez más gente. Por lo menos seremos 500. Caras de Ezker Anitza; otros políticos no vienen ni para sacarse la foto, seguramente no querrán exponerse a quienes les denuncian.
Comienza la marcha y las consignas. "Jo ta ke etxea lortu arte", "Todos los desahucios los vamos a parar. Así, así, ni un paso atrás". En marcha, se revelan las verdaderas dimensiones de la manifestación: habrá un millar de personas por lo menos.
"Banketxeak, lapurrak!"; "¿La banca siempre gana? Pues no me da la gana"; "Nuestro dinero no es para el banquero"; "El libre mercado nos tiene hipotecados". Llegamos a la Avenida de la Libertad, a la esquina del BBVA, primer objetivo. "Ahí, está, la cueva de Alí Babá". Pegatinas y lanzamiento de huevos.
Abundan la alegría y el buen humor: "Un banquero se balanceaba sobre la burbuja inmobiliaria...". Pero sin dejar a un lado la mala leche: "Políticos, banqueros: mentirosos y usureros". Porque hay motivos. Como recordarán después en la lectura del manifiesto, 420.000 ejecuciones hipotecarias en el Estado desde que comenzó la crisis. Por eso la rabia estalla ante otro banco: "¡Ahí, enfrente, matan a la gente!".
"El próximo desahucio, que sea en la Moncloa", clama la multitud, y defiende: "Violencia es no llegar a fin de mes". "¡Políticos, banqueros, los mismos carroñeros!".
Vuelta al Boulevard y parada a la altura de la Bretxa, ante la esquina de Kutxabank, para gritarles "lapurrak", ladrones, y exigirles "dación en pago ya".
Parafraseando a Gabriel Aresti, "Amonaren etxea defentsa dezagun" ("Defendamos la casa de la abuela"). Y más denuncia: "Banca rescatada, personas desahuciadas"; "El oro del banquero, el piso del obrero". "¡Banca expropiación!", exige uno, y todos corean: "Etxebizitza eskubidea da" (La vivienda es un derecho); "Un desahucio, otra ocupación".
Llegamos al kiosko del Boulevard, donde uno recita unos bertsos del Olentzero desahuciado. El recital concluye con un clamor: "Ez ez ez, kaleratzerik ez" (No más desahucios).
Lo más original, la chica que canta a lo mariachi: "Qué te pasa, chiquilla qué te pasa (...) / pinche ladrón es el banquero (...) / no se puede ni salir y no nos llega para nada (...) / Te robó tu juventud y acabaste en Stop Desahucios / (...) no tendré donde dormir, me van a quitar la casa".
Lectura del manifiesto, en euskera y en castellano. Sabemos que nos hallamos ante "un reto difícil pero importante, y por tanto no cederemos. Señalamos a los culpables del genocidio financiero. Exigimos alquiler social de las viviendas vacías, dación en paga retroactiva y moratoria contra los desahucios. Denunciamos el drama de las familias que han sido víctimas de un fraude. No tiene sentido que haya miles de pisos vacíos".
"Hemos recabado más de un millón de firmas y no aceptaremos limosnas ni rebajas, porque lo que pedimos son mínimos. Mientras tramitan la ley, como puede llevar meses, no nos quedaremos de brazos cruzados, e intensificaremos las acciones de denuncia y la recuperación de pisos vacíos. Si los políticos no aprueban esta ley, serán responsables del genocidio financiero". Para finalizar con un grito unánime: "¡SÍ SE PUEDE!".

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