viernes, 27 de noviembre de 2015

Iniciativa necesaria

Hola. Buenas.
En mi última entrada en este blog, me declaraba "Ni buenista ni malote" en el título, en el que añadía que "Paso página".
Así, desde que la publiqué, el pasado martes, cuando sucedió lo último en Túnez y Turquía derribó el caza ruso, no he comentado en internet, ni esos dos hechos, ni lo de la falsa alarma en la gran mezquita de Bruselas de ayer, ni nada sobre la cuestión.
Me ha venido bien, y creo que también a quien me pueda seguir en redes sociales.
Sin embargo, quiero comentar ahora una iniciativa interesante y necesaria, "No en nuestro nombre", que convoca manifestaciones para mañana sábado (aquí en Donosti, a las 19:00 horas en el Bule): http://www.noasusguerras.es/
Este movimiento se posiciona en contra de la guerra que libran Rusia, Francia y otros contra el Daesh porque entiende que causa muchas víctimas inocentes, por un lado, y no contribuye a solucionar el problema, por el otro.
¿Cómo puede ser, cómo se entiende, con lo que he visto estos días en Facebook, con esos carteles de Ghandi y de niños sirios bombardeados, que una iniciativa así lleve, desde su lanzamiento el martes, muchas menos firmas (ahora mismo, 31.000 y pico) que las que consiguió en Change.org el intento de salvamento del perro Excalibur (según una noticia del 8 de octubre de 2014, superaban entonces las 250.000; yo creo que vi muchas más)?
Tal vez la explicación está en que aquella moda caló hondo, pero me apena profundamente que esto de la solidaridad se reduzca a una cuestión de modas.
Considero esta iniciativa necesaria porque canaliza o debería canalizar toda la energía y corriente de opinión que sugerían las redes sociales en los días posteriores al viernes 13, y además, con su lema "Contra el terrorismo, contra la islamofobia y contra sus guerras", va a ser la primera gran manifestación contra el terrorismo desde aquellos atentados.
No la he firmado porque ya me he declarado "Ni buenista ni malote". Tal vez usar el término "buenista" ya sea ser malote, no lo sé, pero yo lo he usado estos días, lo admito, no con el afán de ridiculizar el pacifismo, un ideal que comparto (pero como ideal), sino como crítica a la ingenuidad de tantos que no son conscientes de la amenaza que Daesh, ISIS o Estado Islámico supone no solo para las vidas de ciudadanos alrededor del mundo (la gran mayoría de sus víctimas son musulmanes) sino también para esos mismos valores que los pacifistas multisolidarios, como los he llamado, defienden.
Desde ese punto de vista, echo de menos alternativas a esa guerra en este manifiesto, me resulta un poco vacío, inocente o poco práctico. Pero necesario. Por eso lo enlazo.

martes, 24 de noviembre de 2015

Ni buenista ni malote / Paso página

Hola, buenas.
Estos han sido días muy intensos.
 
Sin rebobinar demasiado, me voy al jueves 12. Un atentado de ISIS en Beirut, la capital de Líbano, siega decenas de vidas. No me enteré en su momento de aquel atentado, cosa rara en mí, seguramente porque volvería cansado de las prácticas y me iría a la cama pronto sin ver las noticias. No sé si miré Facebook aquel día, pero no me suena haber visto ninguna mención de ese atentado por ahí. Creo que, en general, pasó inadvertido.

El viernes 13, en medio de la noche, me entero por mi madre, que está siguiendo las noticias en el canal 24 horas, de otro más cercano: París. Y me estremece. "Esa ha caído cerca", ya sabéis. No soy menos sensible porque me conmueva y asuste más lo cercano; simplemente, no tengo una conexión espiritual con todo el mundo alrededor del mundo, ni ellos conmigo. (Inciso: mi foto de perfil en Facebook, un globo terráqueo, es irónica: cuando la puse, era una respuesta a esas personas que criticaban a los que tenían la bandera francesa y decían que ellos no podían ponerse todas las banderas que quisieran porque no les caben; demuestro con mi foto de perfil que la solución era bien sencilla).
 
Los días siguientes, sábado 14 y domingo 15, también tenía prácticas. Lo poco que entré en Facebook el sábado me ofreció la estampa natural: duelo por nuestros vecinos. 
Pero el domingo, se había extendido una visión más intelectual, menos emotiva: vi mapas del mundo que mostraban las zonas que nos importan más y las que menos, lo cual me pareció una denuncia serena y equilibrada; fotos del atentado en una universidad keniata en abril perpetrado por Al Sabah como si fueran recientes (y como coincidió en su día más o menos con lo de Charlie Hebdó, no habían tenido ni que cambiar el rótulo que mencionaba París), que eran claramente un montaje porque presentaban como reciente el hecho; y además, entre otras cosas, carteles que llamaban hipócritas a los que se dolían por París, porque no lo hacían a la vez en ese momento por el resto del mundo. Señores: hipócrita es el que dice una cosa y siente otra. Creo que los que se dolían por París no lo eran, sino que lo sentían de veras.
Y no se nos puede acusar, porque yo también me dolí por París, de ignorar al resto del mundo. Simplemente, era cuestión del momento. Porque yo también compartí lo de Kenia pero cuando sucedió, en abril; las personas que las compartieron ahora, demuestran que no se enteraron entonces o mala fe.
Del lunes 16 en adelante, me dediqué a defender mi postura en Facebook. Me parecía feo que hubieran reventado el luto por París insultando y manipulando. Lidié con críticas destructivas que nos consideraban a los ciudadanos occidentales co-responsables de los atentados porque acusaban a nuestros gobiernos de haber financiado a ISIS. Aceptando la mala praxis de nuestros gobiernos, cuestioné esas visiones porque me parecía que no ayudaban ni ofrecían alternativas.
Compartí y recomendé aquel mismo lunes el siguiente comentario de alguien a quien no conozco, que encontré en Facebook y que encuentro muy acertado. El autor se llama Esteban Seimandi y lo cito a continuación:


"¿Por qué es lícito compadecerse de los muertos de París, aún cuando en otros lugares del mundo hay muertes igualmente injustas? Por empatía. Y la empatía es caprichosa, selectiva y humana. Todos los días hay muertes injustas, a cada minuto, en todo el mundo. Simplemente no podemos compadecernos y sentir cada muerte, cada asesinato, cada injusticia. No lo toleraríamos. Así como le damos unos pesos a un chiquito o a un ciego y un segundo después ignoramos a un viejo moribundo. No nos compadecemos de todo porque también tenemos que reírnos, ser idiotas, concentrados, laburantes, enamorados, borrachos. Y no hay tiempo para todo. Y nos conmovemos por lo que nos toca más de cerca. ¿Alguien conoce el nombre de la segunda ciudad más importante de Siria o de Nigeria? ¿El nombre del barrio más importante de la capital de Libia? París está cerca. En nuestra mente. Es todo torre Eiffel, barrio latino y Marais. Es Notre Dame y el Louvre. Lo conocemos. Yo tengo gente querida en estos momentos en París. Y tengo algunos de los más lindos recuerdos con mi mujer en nuestro primer viaje juntos. Entonces es lógico que un atentado allí me recuerde que vamos a morir, que alguien querido pudo haber muerto o que un lugar que estaba en la región de mis fantasías hoy pueda estallar en el medio de demasiada realidad. Por eso digo algo de París y no de otras masacres, seguro igual de graves. Conmovernos por todo es imposible. Es hipócrita. Es inhumano. No creo que nadie esté informándose de cada desgracia del mundo solo para poner en su Facebook "mis condolencias con la gente de Myanmar (o Clorinda o Iowa)". Si alguien lo hace, simplemente no lo creo. Y, peor aún, si alguien dice: "A los que ponen un grito en el cielo por lo que pasó en París, por qué no dicen nada de lo que sucedió ayer en Libia (o Siria o Formosa)" en esos casos, sospecho mala leche. Es burlarse del momento de compasión de alguien. Está diciéndole a alguien emocionado que es un hipócrita. Porque siento que tiran un argumento que tampoco los conmueve y lo usan solo por el hecho de pinchar a alguien en un momento de emoción. Pero bueno, es lo que siento. En un rato, seguramente, estaré leyendo una revista boba, totalmente abstraído del hecho de que alguien está muriendo en la otra punta del mundo. Soy así. Un ser humano".
 
Pero todo este extenso artículo mío empezaba por Beirut. Gracias a la corriente multisolidaria global (que también podría llamar criticona), producto de la mala fe de unos pocos, la mala conciencia y la buena intención de la mayoría y el efecto moda, me enteré por fin de lo de Beirut. Y vuelvo a admitir que se me pasó inadvertido en su momento. Lo llamativo es que el martes 17, los multisolidarios no compartieron que Rusia confirmó que lo del avión ruso sobre el Sinaí fue un atentado; el miércoles 18, me enteré por la tele de que Boko Haram acababa de segar decenas de vidas en Nigeria, pero tampoco vi menciones en Facebook; y el viernes con lo del hotel de Mali, ya me quedó claro que casi nadie se iba a doler, que la multisolidaridad había sido, en la mayoría de los casos, una moda pretenciosa y pasajera.
 
Estos días he leído mucho más de lo que he escrito. Artículos, entrevistas y reportajes buenísimos, y otros no tanto, que defendían distintos puntos de vista. Y he llegado a mis propias conclusiones.
Gracias a mis lecturas, me he acercado incluso a los habitantes de Raqqa, y sigo queriendo librarlos de ISIS, pero claro, ahora que los siento más cercanos, me aterra que les caiga un bombazo encima.
Enlazo aquí el reportaje:
 
 
Leer este reportaje sobre quienes viven en Raqqa bajo el terror del ISIS me ha reforzado en mi cambio de postura sobre los bombardeos. Como es lógico, no quiero que les caiga a estas personas inocentes encima una bomba. París, Raqqa, Beirut, etc., tienen en común que han sufrido y sufren el terror del ISIS. Frente a ese monstruo, algo hay que hacer, y agradezco que en la escena pública, Pablo Iglesias haya propuesto una alternativa eficaz a los bombardeos: un bloqueo (que también tendría secuelas para gente inocente por el desbastecimiento, pero sería menos mortífero que los actuales bombardeos). Criticar sin más los bombardeos sin proponer alternativas es lo fácil, a nadie nos gusta el concepto de guerra. La protagonista del reportaje lamenta la pasividad internacional al principio del conflicto y cómo se dejó crecer al ISIS y pide que intervengamos, que no les dejemos solos, y creo que debemos ayudarles, no desentendernos, y hay que buscar otras maneras de hacerlo porque tirarles una bomba encima, está claro que no ayuda. Pero mirar hacia otro lado, tampoco.
 
Antes de eso, los periodistas John Carlin e Iñaki Gabilondo
(pinchen en sus nombres para ver el artículo del primero y el vídeo del segundo)
me recordaron que tampoco se puede ser ingenuo en política internacional. Es muy fácil y natural sentir el rechazo a "la" guerra, es un término que es oírlo y a muchos nos sale el "no" instintivo, pero algo hay que hacer. Antes de que Francia bombardeara Raqqa el domingo 15, Rusia llevaba semanas machacando al ISIS, y nadie lo criticaba en Facebook. A mí me daba tanto miedo y me provocaba tanto rechazo este grupo que tampoco era consciente de las muertes de civiles que llevaban aparejados los bombardeos contra él. Pero como ya he dicho, a base de tanta información, he cambiado de postura. Es decir, paradójicamente, estoy más a favor de otras soluciones, de buscar alternativas, que antes de París. En aquellos días en que la mayoría vivían en una burbuja que explotó el pasado viernes 13. 

Estos días me han dolido los enfrentamientos estériles y por eso quiero contribuir con este post al debate sosegado. Quiero distanciarme de todo lo que no me ha gustado: la islamofobía de algunos (afortunadamente, pocos), la manipulación de otros pocos (aunque haya arrastrado a tantos como repetidores por el efecto dominó de las redes sociales), la ingenuidad de la gran mayoría de la gente de izquierdas, con su ansia de distanciarse a toda costa del poder y de ser alternativa como sea; el cierre de filas de la derecha; el sectarismo de unos y otros, obligando a tomar posiciones radicales a los demás; el bombardeo masivo en las televisiones sobre París que me perdí el primer fin de semana porque estuve de prácticas, pero que intuyo que fue uno de los factores que provocaron la reacción contraria que vi el domingo 15; y mis propios fallos: el que me pasara desapercibido lo de Beirut, mi apoyo a los bombardeos desde antes de París, que he cambiado por la búsqueda de otras intervenciones, etc., pero sobre todo, quiero pasar página, buscarme otra cosa que hacer con todo el tiempo libre que tengo ahora (por cierto, terminé las prácticas y me han pedido que vaya a currar en el mismo sitio tres días a principios de diciembre), ir a cuidar mañana a mi sobrina sin que todo esto me preocupe, en definitiva, seguir con mi vida. Aunque tenga que ser ajeno la mayor parte del tiempo a lo que pasa en el mundo. Como cualquiera.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Poned la otra mejilla / Somos objetivo

Hola.

Después de mucho escribir en Facebook y un poco en Twitter, va siendo hora de que trate de condensar lo que pienso y lo que siento en este blog.

El sábado por la mañana me levanté con la noticia de los atentados de París. Mi primera reacción, espontánea, fue la de consternación y un poco de miedo. París está aquí al lado y estuve hace dos años visitando a mi hermana, que entonces vivía allí. Es más, uno de los atentados en el distrito 11 ha sido en la esquina de donde residía.

Sin olvidar que esto no es la primera vez que ocurre, y recuerdo ahora el 11M de 2004 en Madrid. 

Facebook va por modas solidarias y la primera tras los atentados, la del sábadado, fue de espontánea y auténtica solidaridad con nuestros vecinos. Todavía veo perfiles con banderas tricolor. Considero esa primera reacción la más auténtica y sincera.

Pero después, el domingo, me encontré con una segunda moda solidaria de este fin de semana: se multiplicaron las voces que, no conforme con recordar que hay muchos atentados como éste en todo el mundo, llamaban hipócritas a los que se habían conmovido por Francia por no hacerlo a la vez por esos otros escenarios del terror.

A esta segunda corriente se suman los que hoy lunes lloran por los bombardeos de Francia contra el Estado Islámico, ignorantes de que es un monstruo contra el que no valen razones ni buenas intenciones (me refiero al EI, claro), y de que si algún país le ha dado caña, ése es Rusia (por cierto, anotad las víctimas del atentado del EI contra el avión ruso en el Sinaí en vuestras listas incompletas de víctimas). Lo digo porque mientras Rusia atizaba al EI, los anti-imperialistas de Facebook no mostraban las consecuencias como lo hacen ahora de los bombardeos de Francia en Raqqa.

¿Era necesario recordar ahora todas las masacres mundiales? No. Haberlas señalado en su momento. Vais y os dais cuenta ahora de que el mundo está en guerra porque ha sucedido lo de París. A vosotros tampoco os importaba lo que sucedía en el resto del mundo, pero habéis aprovechado la inocente, espontánea y auténtica solidaridad con París para demostrar lo "listos" y comprometidos que sois y recordar que el mundo está mal. Vaya, menuda novedad, muchas gracias. No sé cómo hemos podido ser tan egoístas de llorar sólo por París durante 24 horas.

En el fondo, toda la corriente multisolidaria y pacifista os sirve para no sentiros objetivo de los terroristas. Porque eso es lo que somos, lamento informaros.

Qué mala es Francia. Qué malos son los EEUU. Qué malo es Israel. Los del EI no han hecho más que defenderse (no digo que lo que han hecho es vengarse, porque entonces yo sería pro-occidental e islamófobo, claro). Si en el fondo, todos esos vídeos que cuelgan ellos mismos en internet de crímenes contra otros musulmanes que no son de su cuerda o gente de otras religiones o adúlteras o quien sea no son más que cuestiones culturales.

Seamos serios: hasta que entró Rusia en acción, el EI crecía y estaba muy cómodo. Francia y EEUU no le han dado como tendrían que haberle dado.

Es más, y ese es otro argumento de los conspiranoicos: posiblemente, EEUU, entro otros, habría financiado y alimentado al EI.

Bueno, aceptamos barco. Ya crearon al monstruo de Osama Bin Laden, así que es factible. ¿Y ahora? ¿Como lo han creado ellos, no pueden destruirlo ellos? ¿Y quién lo destruye? 

¿Vais a decirles a los familiares de las víctimas de futuros atentados en Europa que la culpa es de EEUU, Francia e Israel, o intentamos evitarlos?

El EI es un monstruo del tipo Tercer Reich. Sí, de acuerdo: las condiciones que impusieron los aliados a Alemania tras la primera Guera Mundial fueron el caldo de cultivo del auge del nazismo. Del mismo modo, la invasión de Irak, la guerra de Siria... han favorecido que creciera el EI. Vale, muy bien. Repito: ¿y ahora, qué? ¿Dejamos que siga creciendo? ¿Esperamos el próximo atentado?

Ah, no, claro, que según la doctrina buenista y pacifista, si no les bombardeamos no atentan... Buf. Ojalá. Me encantaría que fuera así. Incluso haría la prueba, si por mí fuera, y cesaría toda intervención en la zona, a ver qué pasa. Pero me da que no se puede ser tan ingenuo.

La política occidental en el mundo musulmán ha sido nefasta y asesina, de acuerdo. La israelí, también, pero no es la cuestión ahora (el EI no ataca a Israel, no son tontos, saben que durarían dos días después de hacerlo). Y si dejamos solos a los kurdos y al resto de pueblos de la zona, los buenistas multisolidarios criticones de aquí ni se enterarán (a no ser que los kurdos se hagan oír en Facebook). Se puede intentar, olvidarnos de ellos y a ver qué pasa. Política de apaciguamiento, no funcionó con Hitler pero igual con el EI, sí funciona.

¡Venga ya! ¡No sabéis a lo que os enfrentáis! Insisto: no queréis ver que vosotros también sois objetivo. Y si de verdad EEUU y países como Francia, o mejor dicho, sus gobiernos, han generado esta amenaza, que nos libren ellos de ella.

Continúo.

Este fin de semana he currado y no he podido participar casi en este debate global, pero hoy el día ha dado para mucho.

Un amigo me recordaba hoy por privado que "la violencia engendra violencia", queriendo decir que los bombardeos contra el Estado Islámico son los que nos han traído estos atentados. Yo le he respondido que el EI es un monstruo por sí mismo, ya antes de que interviniera Europa. Y sus seguidores, fanáticos que no necesitan muchas razones para hacer lo que hacen. Por contra, ¿os imagináis después de esto a un parisino entrando con un kalashnikov a una mezquita? Yo, no.

También he comentado en Facebook que la canción Imagine, icónica, ("imagina que no hay fronteras ni países ni religiones"), y que me encanta, es muy bonita pero a los del Estado Islámico les provocaría carcajadas. Creo que tanta corriente pacifista y multisolidaria en Facebook es mirar para otro lado, para no darse cuenta de que somos objetivo.

También he leído comentarios mejores que el mío, como el de un chico, creo que argentino, que  desde una lúcida sensibilidad nos recuerda que nuestra empatía es selectiva porque no podemos sufrir por todo el mundo todo el tiempo.
 

Por otra parte, toda la corriente crítica con Occidente y con la solidaridad con París que recuerda que existe el resto del mundo me ha recordado a un viejo yo. Yo claro que también,  en mi adolescencia, tuve la época de darme cuenta de que todos los muertos, como todas las personas, valían lo mismo, y eso es una verdad que no ha cambiado.

Desde esa consciencia, comprendo a quien en estos momentos de dolor por nuestros vecinos se pone a recordar otras masacres más lejanas. Pero es una obviedad más fuerte que lo que nos pasa a nosotros nos afecta más. Que somos humanos, y por tanto necesariamente egoístas porque tenemos que sobrevivir. Que nuestro dolor de muelas nos duele más que el cáncer del vecino. Y que los otros escenarios del terror están más lejos.

Pero lo que más claro tengo es que cuando estalle la bomba aquí mismo, no va a ser a alguien del resto del mundo a quien pille. Ni me van a resucitar las velas encendidas.

Termino con un poco de humor: