viernes, 15 de julio de 2016

¿Quién ha ganado en Turquía?

Parece que el golpe de Estado en Turquía ha fracasado. Zorionak, felicitamos al gobierno legítimo. Ahora que ha ganado, todos a apoyarle. Abandonemos la tibieza de ayer.

Tras felicitar al triunfador, ahora ya podemos condenar rotundamente el intento como demócratas que somos. Más vale tarde que nunca.
 
Pero antes, para poder hacerlo con conciencia, recordemos que Erdogan, el presidente islamista, es conservador y heteropatriarcal, aunque sea el presidente elegido democráticamente... Espera, eso nos suena... ¿Tan democráticamente como Rajoy?

Y que el ejército turco era el garante de la laicidad del Estado, que está desmontando Erdogan.

Lo que sugiero es que los que votastéis a Unidos Podemos (ganadores en Euskadi), aquí estáis de una parte, contra la derecha, contra la religión  y contra el heteropatriarcado, y eso es justo lo que representa Erdogan allí. Y tal vez por eso, si fuérais turcos, habrías cuestionado la validez de sus victorias electorales, desde vuestra más estricta ética democrática, eso sí.
 
En plan basto: Erdogan es el Rajoy de Turquía. El presidente que quieren y el que no quieren los turcos. Si viviérais allí los jóvenes de Euskadi, estarías en su contra y dirías que sus victorias no valen (que si le votan los abuelos, que si reprime a los kurdos, que si controla los medios, etc.).

¡Hala, ahora ya podemos condenarlo con conciencia (el intento de golpe, claro, no a Erdogan) y firmeza democráticas! ¡No sé si han ganado los buenos o los malos, los míos o los otros, pero lo primero es la democracia, como en España! ¿O no...?

Qué lío, a ver cuando hacen la peli y me aclaro...

Yo tenía una amiga turca, Ayse. Hace tiempo que no la veo y la borré de Facebook en una limpieza que hice. Era de Estambul y moderna. Me imagino que estará contra Erdogan. Ahora me gustaría saber su opinión. Tal vez le mande un correo, si tengo el suyo.
 
Y que me perdone la gente más informada o que esperaba una opinión contundente o una toma de partido más claras. Esto lo he escrito para el común de los mortales (bueno, del usuario medio, joven y podemita, de Facebook en Euskadi, entre los que me incluyo), ante el despiste general. Y tal vez, los haya despistado más, al no decirles lo que tienen que pensar, pero esa es mi intención, que se queden moscas y saquen sus propias conclusiones.

Un saludo y zorionak a Erdogan otra vez. Mal que nos pese.
 
Y sobre todo, nuestras condolencias a los familiares de las víctimas que, como siempre, las pone el Pueblo.


jueves, 14 de julio de 2016

Zasca preventivo

Malos días (por el atentado-atropello masivo con camión- de Niza).

Las víctimas de Niza no se merecían eso, ni mis allegados, en los que pienso ahora. Si alguien va a escribir algo para sugerir lo contrario, como después del 23 de noviembre en París o como ya acabo de ver por ahí; si tú crees que todos los europeos nos merecemos eso, por favor, cita a los terroristas para que te liquiden a ti primero, pero deja en paz a los míos.
Por lo menos ahora los "pacifistas multisolidarios" os acordaréis en redes del resto del mundo, ése que tenéis olvidado entre atentado y atentado en Europa. Pero no saquéis otra vez las fotos de Kenia en abril de 2015 como si fueran recientes ni fotomontajes, que queda muy cutre.
Para esos "pacifistas multisolidarios" de pega: recordaros que hace nada, un atentado de ISIS con bombas segó más de 200 vidas en Bagdad. Tenéis fotos de sobra para hacer ahora, después de Niza, los carteles que tendríais que haber hecho entonces, cuando os dio igual. De nada.


Sí, acabo de inventar el "zasca preventivo". 


Actualización: mi último tweet (son las 9.00 am):

"Más votos para Le Pen, me temo.
  Niça
Ayer, Bagdad; hoy, Niza; ¿y mañana?
El ISIS no desaparecerá con abrazos ni buen rollito".




martes, 12 de julio de 2016

San Fermín tampoco tiene la culpa

 

Al hilo del monotema veraniego: "Violaciones y otras agresiones sexuales en San Fermín", que sufren más mujeres que hombres, y de las que los únicos responsables son los violadores:

 Las fiestas tampoco tienen la culpa
 
En primer lugar, una reflexión para hacer pensar:

¿Sabéis cuál es el lugar donde se producen más muertes?
Los hospitales.
¿Quiere decir esto que los hospitales son mortales?
No. Quiere decir que la gente, cuando enferma, sube allí, y por concentración de personas enfermas, sucede la acumulación de muertes.

Siempre que se concentra gente, alguien muere. Y no por la masificación o por aplastamiento, sino por una simple cuestión de estadística. Por ejemplo, en la carrera popular Behobia-San Sebastián, es habitual que muera algún corredor, en este caso, también por el esfuerzo.
Entonces, ¿el deporte, es mortal? No (otro tema es que el exceso sea malo y que haya que estar preparado).

A lo que quiero llegar es que violaciones hay siempre, y en todas partes.

Y si además, concentramos en una sola ciudad a cientos de miles de personas en unos días, es una simple cuestión de estadística que entre ellos se cuelen deleznables depredadores sexuales, como en cualquier otra situación de concentración de gente.
De hecho, alucinaríais con el porcentaje de psicópatas (1%) que nos rodea, según los estudios, lo que pasa es que no todos son tan tontos de ponerse a matar gente en serie, o no les da por ahí (la psicopatía no es una enfermedad mental, sino que sería más una... ¿anomalía?, no sé, tampoco soy experto, que a lo que lleva es a la falta de empatía y remordimientos, es decir, a ser un monstruo para los demás, un peligro en potencia, y de estos, abundan, especialmente en la clase política, con sus recortes, guerras y demás).

Así que estas fiestas, que ya muchos abogan por prohibir, tampoco tienen la culpa.
Ni la tele. Ni el porno (preguntad a vuestras abuelas cómo era en su época, cuando no existía internet). Ni, por supuesto, las chicas que enseñan las tetas. La culpa de que tantas mujeres, y también hombres, aunque muchos menos, hayan sido abusados en estas fiestas, la tienen única y exclusivamente los agresores, porque nuestra sociedad en su conjunto, o eso me parece a mí, ya no tolera estos actos, ni los disculpa, ni mucho menos los justifica.

Y no son tantos delitos, dada la masiva concentración de gente, como para romperse la cabeza con que algo falla (que si el sistema educativo, que si las nuevas tecnologías, etc., aunque siempre todo sea mejorable), sino que, desgraciadamente, como he dicho, si juntas 1.000 personas en un mismo sitio, la estadística te dice que 10 serán psicópatas, es decir, personas sin remordimientos ni escrúpulos. Así que échale que ahora mismo en Iruña-Pamplona, habrá unos mil psicópatas por lo menos, en su mayoría, hombres, de fiesta. Y no es porque sea San Fermín, ni por el verano, ni por el alcohol, ni por el heteropatriarcado. Cada uno de esos cabrones tendrá su historia personal, pero un punto en común: hacen honor a la frase "El hombre es un lobo para el hombre" (que creo que entenderemos sin que animalistas ni feministas se rasguen las vestiduras); es decir, que hay personas tan egoístas que son auténticos depredadores de otras personas y que nos cosifican a los demás, que sólo nos tienen en cuenta para satisfacer sus instintos, gustos o ambiciones.

Asúmelo, hay gente mala.
Y la seguirá habiendo aunque erradiquemos el machismo, el porno, la televisión, las fiestas populares, incluso aunque haya un apocalipsis y la población se reduzca drásticamente. Hay gente mala, son un peligro, no se puede detectar así como así, nadie está a salvo, etc., pero, ¿sabes qué? Que yo, sin ser especialmente listo, esto lo he sabido de siempre, lo tengo asumido y, aún así, sigo con mi vida. Y ahora voy a salir a la calle a pasearme entre la gente, y por pura estadística (mira que insisto), me cruzaré con algún asesino o violador en potencia; pero mira, no creo que le dé por mí esta tarde. Y no es que yo sea valiente. Yo tampoco quiero ser valiente, como dicen esos carteles ("Al volver a casa, no quiero ser valiente, quiero ser libre"). Ni mucho menos. Pero dejadme ser libre, como lo he sido siempre en la medida de lo posible.

Libre, entre otras cosas, para no ir ni de coña a San Fermín. Es una pena que esas fiestas populares sufran semejante invasión de borrachos incívicos. Porque lo de los agresores sexuales, como ya he dicho, es algo de siempre, en cualquier sitio. Y la culpa es sólo suya, de ellos.

Os dejo con una foto de protestas contra las violaciones en el mundo árabe, donde no hay San Fermines ni, en teoría, alcohol. Lo que echo en falta en la foto son hombres (aunque veo uno al fondo a la derecha). Porque en las manifestaciones de estos días, ahí estaban vuestros amigos, hijos, hermanos, primos, padres, abuelos, novios, con vosotras. Gente buena, que, también por estadística, es la mayoría. Y dejadme que os diga que han crecido en la misma sociedad que los agresores, e incluso es probable que hayan recibido la misma educación.
¡Y puede que hasta incluso vean porno!




Hala, me voy a la calle, a disfrutar. Aunque esté llena de hijos de puta, como siempre, como en todas partes.
Seguid con vuestra lucha, siempre habéis tenido mi apoyo, pero no os equivoquéis de enemigo.

Un saludo

Es algo personal

Acabo de publicar esto en beBee, una red social de networking por afinidad:

Es personal

¿Lo primero es la salud? ¿Entonces, por qué vivimos para trabajar, o para rendir más laboral y socialmente, en todos los ámbitos, más que trabajamos para vivir?
Con el actual miedo a perder el empleo, ir al médico se ha convertido en una parada en boxes dentro de una carrera de fórmula 1. "Deme algo para continuar".
Hace unos meses, ya escribí sobre el dopaje al que nos sometemos, tanto en esta red social como en mi blog:
Para este verano, me propongo cuidarme (y ya he comenzado gradualmente). Va a ser lo más importante que he hecho en mi vida por mí. Sé que soy afortunado porque no cualquiera puede permitirse hacerse este planteamiento ni este propósito.
Quedo a su disposición para empleos que me satisfagan, que no pueda dejar pasar, pero tengo clara mi prioridad para el mes de agosto: desintoxicarme, cuidar mi alimentación, abandonar hábitos perniciosos como el tabaquismo...
Mis motivaciones: mi esófago destrozado por los nervios, pero también por los hábitos, y que amenaza con mandarme al quirófano; mi familia (unos padres que algún día necesitarán mis cuidados, y una hermana y una sobrina que no tienen por qué hacerse cargo de cuidarme si yo no velo primero por mi salud); que mi sobrina tenga un tío sano y no se lleve una idea equivocada de lo que no quiero que sea su vida... Me sobran razones.
(seguir leyendo debajo de la foto)


Esto es algo personal. Personal no de selección de personal, sino de prioridades. Estamos cansados de oír que hay que poner a las personas en primer plano. Pues bien, hagámoslo, pero en modo: "Aquí estoy yo". Porque nadie lo va a hacer por nosotros. Ni nuestro médico, ni nuestro jefe, ni Recursos Humanos. Unos recursos que, como los del planeta, no son infinitos, y hay que reponer, reciclar y cuidar. No esquilmar ni agotar.

Un saludo saludable



lunes, 11 de julio de 2016

Magaluf del pintxo

"Este verano va a haber infartos y suicidios en hostelería".
Tanto el título de esta entrada, como la cita precedente, pertenecen a un colega, de profesión, camarero, al que no nombro por si acaso.
Tengo alguna experiencia en ese sector, pero poca. Siempre he abogado por que, como clientes que somos todos y cada uno, todos deberíamos probar una temporada lo que se siente al otro lado de la barra.
No me sirve el argumento de los clientes más exigentes: "Yo también trabajo, y en mi trabajo también me exigen y tengo que cumplir". Precisamente por eso, deberían de ser más solidarios con la persona que les está atendiendo.
"Donostia gordura" (en vez de kultura). Este juego de palabras tampoco es mío. Y es que la capitalidad europea de la Cultura 2016 ha coincidido con un nuevo boom del turismo, que se reedita año tras año, superando cada temporada la anterior con creces. Y el atractivo arquitectónico y paisajístico de Donostia siempre ha ido de la mano con su oferta gastronómica, que ha convertido la Parte Vieja de la ciudad en una "Magaluf del pintxo", como dice mi amigo.



"No hay industria. De algo tenemos que vivir (en Donostia)", dice también mi amigo camarero. Si nos dejan (vivir). Porque por ejemplo, otra consecuencia nefasta del auge del turismo, es que se ha vuelto imposible alquilar una habitación para unos meses a un precio asequible en San Sebastián, ya que todos los propietarios tiran para el negocio de los pisos turísticos.

Otra reflexión, no muy alejada de la anterior. Ahora mismo ando chateando con una amiga sobre lo que yo llamo "la guerra del todos contra todos". Autónomos que cargan contra funcionarios. Emprendedores que tienen por acomodaticios a los trabajadores por cuenta ajena. Feministas que odian a los hombres. Hombres misóginos. Treintañeros como yo que damos lecciones a los más jóvenes y despreciamos su reggaetón. Podemitas contra peperos. Etc. Todos contra todos.
Y es algo que nos perjudica a todos, y esto lo digo por mucho que yo a veces me ría del buen rollito y el espíritu "one love" de los rastafaris, pero un poco de eso nos vendría mejor a todos.



YOUTH BRIGADE - The Best Of Youth Brigade 2002 [FULL ALBUM]

sábado, 9 de julio de 2016

Reflexiones varias

A continuación, os obsequio con una serie de reflexiones, que cuestan menos que las flexiones, y que, además, las estabáis esperando, porque en junio he estado muy callado.

En primer lugar, por lo del torero muerto hoy (que por suerte, en los encierros de San Fermín de este año, de momento, no ha habido muertes).
El toro es un animal precioso e inocente, pero, qué cosas, me identifico más con mis congéneres, incluso con los toreros y los guiris borrachos, quienes tengo entendido que son de mi misma especie, animalicos de Dios como yo.
Así que desde aquí, aún a costa de grangearme enemistades, abogo por la protección del género humano, me declaro humanista, y apelo a prohibir a las personas enfrentarse a otras bestias por su propia seguridad.
Y ya, de paso, que prohiban el tabaco para agosto, que es cuando quiero dejarlo (pero que lo prohiban bien prohibido).
Porque, admitámoslo, no sabemos cuidarnos solos.
 
Por otra parte, sobre el amor. Rula por ahí la siguiente carta, muy buena:
http://ohyeea.com/haz-lo-sea-no-parezca-amor-la-carta-la-miles-se-identifican/
Critica la tendencia actual a fingir que pasamos del amor, que sólo queremos sexo, que no sentimos nada, y a rehuir el compromiso.
Desde aquí declaro que dejaré de fingir que sólo quiero sexo cuando cualquier cosa que se asemeje a una declaración de amor, aunque sea un simple "me gustas" o demostrar que te importa la otra persona, no suponga ponerla en fuga.
Es decir, que me enrroco en el "tú primera"
 
Por cierto, ¿sabéis qué es un 68? Un "te debo una".

Otro tema de actualidad: un artículo que se titula: "¿Por qué estoy agotado si tengo sólo 30 años?".
http://www.revistagq.com/noticias/articulos/por-que-estoy-agotado-si-tengo-solo-30-anos/23864
La respuesta es bien sencilla. El autor tiene mucha vida social, un curro relativamente exigente, habla a diario no sé cuántos idiomas y, en su tiempo libre, así como en sus vacaciones, realiza todo un despliegue de actividades a cual más cool. Seguro que tiene barba y moño. Termina diciendo que igual es que es un poco gilipollas. Yo no podría decirlo mejor. 

Y mi favorito: el de la carta a la chica del bañador verde, no por previsible menos hermoso:
¿Qué puedo decir? Me ha conmovido. Me siento el chico del bañador verde, que a veces os olvidáis de nosotros y yo no veo más que maromos musculados y de facciones proporcionadas en los medios.

 
Cuando Facebook me pregunta "¿Qué piensas?", no sabe lo que hace. Y yo, entro al trapo. Como los animalicos astados. 

Hala, a cascarla (pero con cariño)
 
Me despido con un cartelico, que así parezco más listo, si cabe:


miércoles, 6 de julio de 2016

Je suis Unai

Egunon. Buenos días.

Mi primer monólogo del pasado domingo 3 de julio en Doka espantó, indignó y puso en fuga a una pareja de mujeres de pelo corto y look característico (con el que no me meto en absoluto; nótese que es una mera descripción).
En primer lugar, quiero agradecer la asistencia y complicidad de todas aquellas personas que han asistido a mis monólogos de este año: 30 de marzo en Callejón; 4, 19 y 26 de junio en Sunugal; y el referido del pasado domingo en Doka, que ya anuncié previamente que sería el último por una temporada.
Mi reconocimiento también para un currante de esto, como es Aitor Nabarro, que confió en mí para el festival del pasado domingo y me mostró su apoyo tras el mencionado incidente.

¿Y qué dije, pues?
Pues bien, esa pareja comenzó a indignarse, moverse en el asiento y mirar mal a quienes se reían con mis gracias con el siguiente chiste (que era eso, un chiste):

"El otro día iba yo por Donostia, por la calle Okendo, y vi un local morado que ponía 'Casa de las mujeres'. ¡Coño! -nunca mejor dicho-. Así que entré. Y no era lo que yo pensaba".

En este momento, se produjeron risas y la primera reacción de indignación de las dos mujeres.
Nada más subirme al escenario, yo ya había intuido su presencia, más que visto, porque ellas estaban en la mesa más cercana al escenario y yo, en cambio, miraba a la de mis amigos, justo detrás, también en el centro; o si no, miraba a los laterales, pero percibía en mi campo visual la incomodidad de esta pareja y por ello no les hablaba a ellas, porque intuía que iba a recibir un feedback negativo.

El chiste terminaba: "Descubrí que era un local donde las mujeres se ayudan unas a otras. Joder, qué buena idea. ¿Y yo, dónde tengo que ir?, pregunté. ¿Dónde está la casa de los hombres? ¡Joder, no sé qué dije, que casi me pegan!".

Soy plenamente consciente de que hay un problema en esta sociedad. Pero no se limita a esa visión cerrada de la supuesta prevalencia social de todos los hombres frente a la supuesta subordinación o discriminación de todas las mujeres. Es algo más amplio, mucho más complejo, como todo en esta vida. En primer lugar, los primeros que sufrimos a los otros hombres somos los niños en el patio del colegio, esa selva donde pirma la ley del más fuerte y bruto. A partir de ahí, los hombres sufrimos un corsé, a no ser que seas gay (afortunadamente, hoy en día, aunque este colectivo aún sufra agresiones, existe esa opción, por lo menos), hay una forma muy limitada de ser hombre. Así que yo también, como muchos otros, me considero víctima del hetero-patriarcado, a pesar de ser hombre y hetero.

Esto, por supuesto, es mi opinión. Ya advertí al principio de mi monólogo que ni el Doka ni Nabarro se hacían responsables de mis opiniones, que son eso, opiniones. Y soy consciente de que mi opinión se sale del discurso dominante, al menos en la opinión pública y en redes sociales, de lo fácil, que va contra corriente. Y me alegro por ello, y me alegro todavía más de haber alzado mi voz en un escenario, de haber descubierto que muchas otras personas apoyaron mi libertad de expresión, que no nos amargaron la fiesta esas dos intransigentes, que sintonicé con muchas otras personas que, tal vez, no alcen su voz en público ni en redes sociales, pero que también tienen sus propias opiniones, que no dejan que los carteles de Facebook les digan lo que tienen que pensar, porque, si dos piensan lo mismo, uno de ellos piensa por los dos, y si todos repiten lo mismo, es que la mayoría no piensan lo que dicen o no dicen lo que piensan.

Por si a alguien le interesa, el chiste (repito, chiste) que hizo que ambas mujeres salieran de estampida fue el siguiente:

"El feminismo tiene razón en muchas cosas. Por ejemplo, en lo del lenguaje. ¿Por qué cuando algo es bueno, es cojonudo, y algo aburrrido es un coñazo? ¡Por qué no podemos decir que algo es coñonudo!
Y es que es verdad que vivimos en una sociedad falocéntrica. ¡Pero también por culpa de algunas mujeres! ¡No caigáis en la trampa! ¡Es una maniobra de distracción! ¡Han conseguido desviar la atención del tamaño de sus pechos al de nuestros penes! ¡Los negros son la nueva raza superior! ¡Un falo, un falo!".

Con esta última exclamación, ambas se levantaron como un resorte y huyeron de mala hostia.

Si alguien encuentra en estos chistes algo malo contra las mujeres o los negros, que se lo haga mirar. Y además, si sólo se puede hablar mal en esta sociedad de los hombres de la mayoría étnica local (nosotros los morenos, rubios y pelirrojos; me niego a que me llamen blanco, como la horchata), heteros, bueno, ya me entendéis, no sé cómo seguir porque no me considero un privilegiado ni de coña, o bueno, sí, por muchas cosas, pero sé de sobra lo que es la marginación, la discriminación y la exclusión, por diversos factores, entre ellos, desde hace algunos años, por mi enfermedad mental; pero decía, que si sólo se puede hablar mal de "nosotros", apaga y vámonos.

Me alegro profundamente de que el domingo no triunfara la censura políticamente correcta. Gracias a todos los que lo hicistéis posible, especialmente a Nabarro y a Eneko.

Un saludo