jueves, 28 de marzo de 2013

España, sextos en venta de armas

El economista y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona Arcadi Oliveres mantiene que las armas defienden los intereses del capitalismo, y los hechos le dan la razón.
Como todos sabemos, el verdadero motivo de la guerra de Irak fue conservar el petróleo. Lo que no es tan público es el motivo oculto tras la intervención francesa en Chad: que no cese el suministro de uranio para las centrales nucleares francesas.
África es el continente que más guerras sufre, pero no fabrica armas. Al respecto de esta industria asesina, es interesante que España, que de los 194 países miembros de la ONU está siempre entre los puestos 20 y 25 en lo que se refiere a Renta per Cápita, salud o educación, ocupa el sexto puesto como vendedor de armas a otros países. No es todo siesta, fiesta y chorizos.
Uno de los productos estrella de la industria armamentística española son las minas antipersona, prohibidas por la ONU en 1998, con la oposición de EEUU, China e Israel.
Pero hecha la ley, hecha la trampa. La letra de la ley sólo prohibe las minas antipersona. No dice nada de las bombas de racimo, que al estrellarse dispersan unas piezas que hacen el mismo papel letal que las minas.
Cuando en 2008 la ONU prohibió por fin las bombas de racimo, los grandes fabricantes españoles de este producto demandaron 40 millones de euros al Gobierno español por "lucro cesante". El Gobierno quedó en que "ya les pagarán".
Entre esos fabricantes sin escrúpulos, figura la empresa Instalaza, cuyo director es Pedro Morenés, actual ministro de Defensa de Rajoy.
El gasto mundial en armas es de 1 billón 600 mil millones de euros. España gasta al día 52 millones de euros en prepararse para la guerra. La OTAN denunció en su día al Gobierno español por camuflar el gasto militar en otros ministerios, y eso que el presupuesto de Defensa ha aumentado el 28%.
Las armas van de Norte a Sur. Las drogas, del Sur al Norte. ¿Es un intercambio? Al ser clandestino, no es demostrable. Lo que sí se sabe es que el Pentágono se ocupó de que las avionetas que llegaban a EEUU con cocaína en los 80 volvieran a Suramérica con armas para la Contra nicaragüense. El máximo responsable del Pentágono por aquel entonces era Bob Gates, actual ministro de Defensa de Barack Obama.

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