martes, 6 de junio de 2017

Mi lucha

(Adaptación de lo que publiqué para mis amigos de Facebook ayer lunes 5 de mayo de 2017)

Es la guerra (a la psiquiatría convencional)

(Por amor a la humanidad)

El sábado tuve que bloquear por whatsapp a un amigo del pasado al que se ha cargado la farmafia y su brazo armado la psiquiatría. Toma 6 pastillas al día de tres psicofármacos distintos, dos de ellos calmantes (en concreto, un ansiolítico y un antipsicótico) y un antidepresivo, pero creo que éste último sólo refuerza su egocentrismo y desapego, su puta neblina química que no le deja ver lo que le rodea ni lo que tiene dentro. Está anulado y ha caído en un bucle. Tuve que bloquearle para que no me arrastrara al puto pozo en el que lo han metido. Porque tengo memoria, y recuerdo que ha ido a peor desde que cayó en las garras de esa disciplina médica, y que esta fase, la peor, empezó cuando ya estaba sobremedicado.

(Tan en caliente estaba yo ayer, que terminé con el siguiente párrafo:)

Os odio hasta la muerte. No me esperéis. Y no se os ocurra buscarme, porque me encontráis.

(Eso sí, Harkaitz, el martes acudiré a la cita que tenemos. A mí me has tratado bien. No entiendo lo que habéis hecho con él, pero todo se puede hablar. Ya he recapacitado y estoy más tranquilo, y prefiero la evolución a la ruptura).




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