Evolución de la humanidad: de tener el súper a la puerta de casa, hemos pasado a trabajar ocho horas al día para poder ir (no hablemos de la choza) y a tener que dedicar un rato más, por nuestra salud, a actividades físicas que en muchos casos no sirven ni para desplazarse de un punto a otro, ni para levantar un peso que precise ser levantado... el ejercicio por el ejercicio, sin otro fin que ponerse en forma.
En lo que nos sobra de tiempo, procuramos no pensar en esto ayudados por el alcohol, las pantallas y los amigos que tampoco quieren que se lo recuerden (pero vamos sustituyendo los amigos por las pantallas).
Feliz siglo XXI!
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